El ejemplo arrastra en la vecina que trata con amor a su perro, permitiendo que olfatee cuando lo saca a pasear.
Cuando un tutor para modificar una conducta busca métodos amables. Los mismos que usaría para sí mismo atendiendo sus necesidades y motivaciones.
El ejemplo arrastra en la veterinaria que tiene manejos amigables y ve primero por la salud emocional del animal antes de un procedimiento que pueda afectarle. Así haga 3 consultas extras previas.
El ejemplo arrastra en la estética que da espacios de libertad a un perro ante señales de incomodidad por baño, corte de uñas o estética.
El ejemplo arrastra en los grupos de redes sociales, donde el mejor consejo siempre será ver a un especialista certificado.
El ejemplo arrastra en estudiantes de carreras que involucran otras vidas y que ponen en primera línea el bienestar.
En universidades donde enseñan que antes que una forma de comer, los animales son seres sintientes y requieren respeto y empatía.
El ejemplo arrastra en tiendas de mascotas que no vendan artículos que vayan en contra del bienestar animal. No todo es el dinero.
El ejemplo arrastra en tutores que no exigen servicios estéticos en poco tiempo o que no los dejan donde sus perros no quieren entrar.
El ejemplo arrastra en las estéticas móviles que saben decir un “no” o bien un “hagámoslo de a poco”, con tal de no afectar la salud emocional del animal.
El ejemplo arrastra en paseadores que no maltratan paseando a más de dos perros que tienen necesidades distintas en horas a pleno sol o con manejos agresivos.
El ejemplo arrastra en hoteles donde no se aceptan perros que se sabe lo van a pasar mal porque saben leer sus señales.
El ejemplo arrastra en guarderías que dicen la verdad en el comportamiento de sus perros y hacen pruebas antes de aceptarlos.
El ejemplo arrastra en veterinarios que no mutilan colas, orejas, uñas o cuerdas vocales porque es primero el bienestar y entender la motivación de la conducta.
El ejemplo arrastra en entrenadores que no utilizan métodos que rompan la salud emocional del animal; collares de ahogo, toques, pinchos, gritos, golpes.
El ejemplo arrastra en criadores que se ocupen de una buena etapa de socialización, además del cuidado genético.
El ejemplo arrastra en las tiendas que dejan de vender animales, pero sí promueven la adopción.
El ejemplo arrastra en educadores que no se llevan a los perros semanas o meses con ellos, sino que trabajan a enseñarle al tutor y fortalecer entre el vínculo. Todo siempre en su presencia.
El ejemplo arrastra en los parques de perros que crean condiciones benéficas en base de las necesidades de la especie animal.
El ejemplo arrastra desde las direcciones de asociaciones pro animal que son congruentes en su pensar, decir, hacer.
En rescatistas que se informan en fuentes fidedignas para dar la información adecuada de manejos y formas, buscando cambiar cultura en pro de ellos.
El ejemplo arrastra en tutores que se educan primero y buscan fuentes de información fiables para ser mejores acompañantes de sus mascotas.
El ejemplo arrastra en las madres y padres que enseñan a sus hijos a dar espacios a las mascotas.
El ejemplo arrastra en humanos que no regañan y gritan conductas sino analizan necesidades y emociones para poder apoyar.
El ejemplo arrastra en cuidadores que se informan todo el tiempo de lo último en cuanto a bienestar y comportamiento. Incluso se certifican.
Todo lo que está de moda lo hemos puesto y diseñado NOSOTROS. Somos nosotros los que imponemos o descartamos modas y formas.
Que tu ejemplo arrastre y le de voz a aquellos que a pesar de hablar… no son escuchados. Que tu ejemplo sea de amor, respeto y empatía a todas las formas de vida, aún más las distintas a ti.